Sea usted pacheco o sea usted agresivo, venga usted a dirvertirse y sienta como mueren una a una sus molestas neuronas mientras se entera de mi forma de sentir, mi forma de reir y (por que no?) hasta mi forma de llorar...

Tuesday, April 25, 2006

De mis peripecias con los niños

(Escrito el sabado 22 de Abril)

Sigo obsesionado con el tema de los niños, hoy tuve la oportunidad de pasar algún tiempo con tres infantes: dos hijos de una vieja y querida amiga, el otro mi sobrino.

Damnificados de la generación de padres que consideran glamoroso adjudicarles nombres impronunciables a sus hijos, estos tres especimenes humanos, me dejaron estupefacto por alrededor de dos horas.

Procedo a narrar mis aventuras con ellos, los hijos de mi amiga llegaron a mi por que estaba viendo unas cuantas películas en el mercado donde provisionalmente trabajo, son un niño y una niña: Andrik y Soeili respectivamente.

Jugamos, platicamos y me dieron una cátedra acerca del cuidado de pollitos que cualquier biólogo o veterinario quisieran para complementar su acervo acerca de la vida animal. Pasada media hora el viento sopló frío y un ente salido desde las profundidades del averno, un acólito de Satán hizo acto de presencia. Mi sobrino Alan quería pasar unas cuantas horas conmigo, ¡oh! castigo divino.

Viendo a los tres intentando departir conmigo, lo único que pude alcanzar a pensar con claridad fue: los hijos de mi amiga Norma, son cándidos, tiernos, dulces y solícitos, mi sobrino simplemente es una peste.

Esperen, antes de que me crucifiquen por odiar a los niños, paso a explicar el porque de mi aberración hacia un sector amplio de la comunidad infantil.

Jugábamos con las crías de alguna gallina los hijos de mi amiga y yo, cuando llego mi sobrino profiriendo algo así como: Que pedo tío?? Que chingados haces??, los otros dos tiernos mozalbetes me miraron como buscando consuelo en mis ojos ante las terribles palabras que recién habían mancillado sus tiernos oídos. “Nada cabrón”, alcancé a espetar en un momento de mediana lucidez.

Pues entonces vamos a jugar wey!!! Recalcó mi sobrino mientras despojaba de sus pollitos a los otros dos pitusos, ante tal acto la niña, en un arranque de protección hacia sus mascotas y no por mero acto de egoísmo, retiró a sus pollitos de escena.

A que quieren jugar niños?? Puta, me sentí como Pandora intentando no abrir la caja para que los demonios siguieran dentro. Un solo niño es un demonio menor, pero tres pueden ser toda la corte infernal al completo. Para mi alivio Andrik y Soeili sólo querían juegos de mesa, pero el mini pelafustán que es mi sobrino gritaba a voz en pecho: “ni madres tío, vamos a jugar luchitas”, mientras ya propinaba la primer ronda de madrazos a Andrik y derribaba a Soeili.


Bueno, a ver, no peleen, podemos hacer algo en donde todos nos divirtamos sin que nadie salga lastimado. Alan no pareció muy satisfecho con la moción. Jugamos con ese émulo de baraja tan divertido llamado UNO, Andrik y Soeili parecieron muy divertidos con la idea del juego, Alan no pareció entender muy bien, es como si le hubiéramos dado los planos de una mina sembrada en medio oriente y le hubiéramos dicho que la desactivara.

Procedí a ser buen tío y le explique jugada por jugada, intercalando gracejos para hacer más ameno el juego, cuando el juego acabó, Alan ganó, volteó y me interrogó: “tío, sabes por que gane??” Me imaginé que había decidido ser buen sobrino y me iba a decir que gracias a que yo le mostré el camino a la victoria contundente y abrumadora, craso error, el pequeño maligno me dijo: “Por que todos ustedes son una bola de pendejos, jajajajajajajajajajajajajaja”

Ahí terminó mi paciencia, reuniendo todo mi odio y reconvierténdolo en paciencia, le lancé un ultimátum aterrador: “Si no te vas, mañana no te doy domingo”. Hagan de cuenta que mandé al papa a chingar a su madre, hizo una mueca de disgusto, tomó un muñeco que llevaba y dio media vuelta. Dos pasillos después, giro en redondo y una vez más con esa dulzura que lo caracteriza me inquirió nuevamente: Entonces si me voy, mañana me das dinero??, Si, dije yo sin pensar a que tipo de mocoso me enfrentaba.

Pero el cabroncito escuincle reviró el ultimátum: Mañana paso por mis 10 pesos y ahí de ti si no los tienes wey. Y echó a correr hacia su casa. Puta, como puede existir un niño así?? Y los he visto por toneladas, hagan de cuenta que mi sobrino es el agente Smith de Matrix Reloaded, y que cada que ve un nuevo infante se copia en él. Les digo, les juro y perjuro que mi sobrino es infernal como la peste e implacable como el fisco.

Mi sobrino –a Dios gracias- se fue, por lo cual pude estar otro rato con los hijos de mi amiga, ahora querían jugar algo diferente. Fueron a su local y regresaron con sendos vasos de agua jabonosa y unos alambritos que remataban coquetamente en una suerte de aro medio defectuoso. Yo era el encargado de hacer las pompas de jabón y ellos los encargados de destruir mi obra. Esta vez jugar fue diferente, pese a que destruían lo que yo iba creando, no me sentía agredido y apuesto mis dos brazos a que los pitusos no tenían la menor intención de generar en mi un sentimiento de trasgresión para con mi obra.

Haciendo un pequeño paréntesis llegados a este punto, hace cuanto que no hacen burbujas de jabón?? ES SIMPLEMENTE ORGÁSMICO!!!!!!!!!!! Máxime si se está con un par de niños cuya mayor satisfacción es reventarlas y reír como posesos. Hace un par de horas tuve 6 años otra vez, incluso experimentaba con el artefacto ese…. Ahora sé cómo diablos hacer para que aparezca una lluvia de burbujas o una burbuja del tamaño de mi puño o una ráfaga de pompas de jabón en tamaño mini, que de tantas y tan pequeñas pareciera que hay estrellas flotando en el aire. Hermoso simplemente.


Acabamos con los dos frascos de jabón al completo, mi hermano me miraba con unos ojos que me decían: Te diviertes pendejísimo????? La neta si, y mucho, como hacía años no me divertía. Pero al mismo tiempo se veía que me envidiaba infinitamente, que ahora en vez de llevarme 6 años, me llevaba 22, así fuera por que yo estaba metidísimo en mi actividad lúdica con los escuincles.


Para cuando el juego terminó los niños me veían como si yo fuera una especie de Tatiana pero en cabrón y forrado de pelos por todo el cuerpo, hágame usted el rechingado favor. Yo que siempre he odiado a los niños por solo encontrarme minipelafustanes como Alan, de pronto me convierto en el moderno tío Gamboín.


Lo que me emociona es que probablemente mañana juguemos algo nuevo de manera tan serena y amable como hoy.

En resumen.

Hay dos niños que no son una peste, que quieren que juegue con ellos, que me cultivaron acerca de apicultura, me mostraron que la verdadera felicidad se genera solo con agua y jabón, que me dejaron ser un mocoso como ellos por más de una hora y lo mejor, aunque no soy su tío, familiar o cosa semejante, me muestran algo de respeto y cariño.

Enhorabuena por un mundo que alberga a dos caramelos de niños como lo son ellos.

Malhaya por un mundo que ostenta chingos de minipelafustanes como Alan cual si fueran soldados rasos.

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