Sea usted pacheco o sea usted agresivo, venga usted a dirvertirse y sienta como mueren una a una sus molestas neuronas mientras se entera de mi forma de sentir, mi forma de reir y (por que no?) hasta mi forma de llorar...

Sunday, June 11, 2006

Del futbol, el mundial y otros demonios (1).

Para ninguno de mis conocidos es ignoto mi odio irreprimible hacia el deporte de las patadas. Y si, sé que para muchos esta afirmación es como cuando Manolito, el de Mafalda se atrevía a decir que no le gustaban los Beatles (que a mi tampoco me gustan, por cierto), pero ese no es el punto. Antes de sufrir un linchamiento y segregación social por parte de todos, paso explicar por qué me atrevo a decir esto que a ojos de la mayoría parecería anatema.

Odio el futbol, pero con sus debidas y salvas excepciones, o mejor dicho, odio el ramploncito futbol (mexicano) televisado y la forma en que los medios de comunicación (dígase Televisa y T.V. Azteca) han secuestrado, manipulado, moldeado y degradado un deporte que, bien mirado es una de las formas más puras de esparcimiento sano y constructivo del que podemos echar mano (o pie, en este caso).

Y es que el panbol ha devenido paulatinamente y sistemáticamente en la forma de perder el tiempo los fines de semana por antonomasia. Digo, fíjense en la gente pinche y huevona que los fines de semana prefiere plantarse frente a la caja idiota dos horas enteras o más, solo para ver un deporte que se ha ido convirtiendo en un medio de IDIOTIZACIÓN, que pasar tiempo leyendo, dibujando o ya de menos hablando de cualquier otra cosa que no sea el deporte de las patadas.

Pongamos que le quiero jugar al sociólogo (estudio sociología, por todos aquellos no enterados) y execrar el futbol con bases. Estos son mis argumentos:

Como diría Durkheim, veamos el problema como hecho social; es decir, veamos más allá, las implicaciones que conlleva el sentarse a mirar el futbol. A primera instancia se pone de manifiesto el instinto gregario, el identificarse con los demás en determinado grupo de pertenencia, ejemplo, la gente se sienta a ver (hablo en tercera persona por que de mí NUNCA ha nacido el gusto o la necesidad de ver un solo juego de futbol en toda mi vida), digo, la gente se sienta a ver el futbol, por lo general, con amigos (con su grupo de pertenencia) que son adeptos al mismo equipo, la gente que se hacina para ver el futbol, es porque comparte el sentimiento de satisfacción que provoca que determinada escuadra gane, sin embargo, esto que a primera vista pareciera ser un instrumento de cohesión social, no lo es tanto; dado que es notable que esto genera en ciertas ocasiones, violencia injustificada (y estúpida) dentro y fuera de los estadios.

¿Cuántas veces no han visto las trifulcas por televisión o en su propio entorno próximo, riñas por idioteces de la mas variopinta calaña? Ejemplos hay de más, que si el arbitraje, que si rivalidades entre las porras o simple y llanamente por que el papá de la familia es chiva y el hijo es águila… excusas por demás estúpidas donde las hay. Digo, si, mucho pinche sentimiento gregario y la chingada, pero eso que llaman: “pasión por el deporte”, no es más que simple y llano fetichismo por un ideal colectivo inalcanzable, a lo que voy es, que la gente realmente cree que al ganar su equipo una copa, partido o cualquier cotejo son ellos los que ganan con el equipo (si hay alguien que gane realmente con ellos, son las televisoras y los patrocinadores, por supuesto).

Y digo que el futbol es más que un fenómeno mediático irrelevante por esto, es un fenómeno que las televisoras y patrocinadores han secuestrado creando ideales de vida, (Beckham, el oropel y la parafernalia en torno a su figura es el más claro ejemplo) alejados de lo que el hombre promedio en una sociedad puede aspirar, el futbol se ha convertido en un ente monstruoso (en cuanto a proporciones y alcances) destinado a ser un guía, constructor de imágenes y satisfacciones efímeras. Ejemplo claro de esto último es el último bicampeonato de los Pumas, tras conseguir colarse a la liguilla y posteriormente a la final, surgieron (parafraseando a Sofía Téllez) miles de “Pumas de ocasión” ninguna definición más certera y apegada a la realidad. Esta situación llegó a su punto paroxístico con la consecución de el segundo campeonato al hilo.

Ahora, por otra parte, es irrefutable que gran parte de la aceptación y penetración que ha ganado el futbol transmitido por T.V. es debido a que este tipo de actividades, además de ser un artificio para generar grupos de referencia y pertenencia, es una de las formas más exitosas de evasión de la realidad.

En una ciudad como el D.F. (y me refiero precisamente a la capital mexicana por que desafortunadamente no tengo ni el tiempo, ni los recursos para viajar fuera de la capirucha) donde a todos siempre nos apremia un tiempo que no acaba de transcurrir, el ritmo de vida es tan acelerado que ya no se dispone de tiempo libre, sino que, como diría Jorge Luis Marzo en su libro Me, my cel and I, la gente ya no reconoce el concepto de perder el tiempo; solo va rellenando los escuetos espacios vacíos en su agenda. Así, el hombre se adapta y acepta lo televisado en relación con su expectativa de evasión en función de su tiempo libre. Nada mejor que el futbol para este fin.

El futbol, como la televisión, no apareció por que se le necesitara, apareció porque se le inventó y tuvo-tiene su mejor aliado en la televisión.

Ahora bien, aquí es la parte donde me aviento a especular y a sufrir ataques de pachecosis; siendo que las televisoras, son las principales promotoras y difusoras del futbol, qué nos hace pensar que no solo se encargan de promoverlo y difundirlo, sino que también está manipulado y arreglado de antemano (como la lucha libre) y que lo que la gente se sienta a mirar no es más que una complicada coreografía disfrazada de “juego legal y limpio”, coquetamente ensalzada por la verbigracia de los comentaristas (hombres de hueva donde los hay). Digo, piénsenle un poquito y díganme, en una final de copa América-Necaxa no creerán realmente que el Necaxa tiene oportunidades de ganar ¿O si? Lo mismo pasaría con un Monarcas-Veracruz (no se si el Veracruz sigue en primera división, porque con toda franqueza es algo que me viene valiendo madres).

Pero, planteado lo anterior, ¿Qué nos hace pensar que la situación arriba expuesta no es capaz de extenderse y aplicarse a los demás equipos? No sé, pero al menos a mí si me pone a pensar y cuestionar severamente la simbiosis televisión-futbol.

Sin embargo y ya con ésta me despido por el momento, NO ME CAGA TODO EL FUTBOL EN GENERAL, repito, recalco y sobre todo quiero que se haga patente lo siguiente, SÓLO ME CAGA EL FUTBOL TELEVISADO.

En los próximos posts, mi posición en referencia al mundial y el futbol no televisado por supuesto, además de otos demonios que se me quedaron en el tintero (o en el teclado en este caso).

Pues eso.

Shags.
P.D. Antes de que las mentadas se hagan esperar, doy gracias al camarada Nepo (Shit en su identidad bloggera), ya que tuvo a bien prestarme su ensayo titulado “Visión del cambio social a partir de los programas de televisión”, el cual fue de gran e inestimable ayuda para el presente remedo de texto, de hecho por ahí hay una cita casi textual de una parte de dicho ensayo, así que por ello, gracias mil. Por cierto, Nepo, te exhorto a que postees tu ensayo, no escribes tan mal como crees cabrón y el ensayo bajita la mano, ps es así como bueno. Es más, te amenazo, si no lo posteas tú, lo posteo yo, que ya le debes así como muchos textos al blog.
Abur.

Tuesday, June 06, 2006

El dia de la bestia

Se supone que hoy es el dia de la bestia por aquello del 666, pero eso no es lo preocupante, si realmente el dia de hoy es tan cabalistico como dicen, mas bien hay que preocuparse por lo de hoy en la noche, ¡Hay debate presidencial! ¿Y precisamente en el dia de la bestia!

Ay futuro, que negro te avecinas....